Qué me llevo en mi maleta…
Se dice que la experiencia Erasmus es un viaje, un camino hacia el futuro pero en las palabras de Seneca “no hay camino que no tenga fin”. Como llego al final de mi estancia en Barcelona me he dado cuenta que este año ha sido una trayectoria hacia mi propio autoconocimiento porque aunque me despido a Barcelona, saludo al yo mejorado y más refinado que antes.
El camino de mi Carrera académica ha sido lleno de agujeros pero la experiencia Erasmus ha sido uno de los pocos tiempos en que me he sentido súper feliz y verdaderamente contenta con las decisiones que he hecho y la persona que soy. Por lo tanto no podría irme de aquí sin traer algunas cosas conmigo y dejar ciertas cosas…
1. en mi maleta pongo la luz del sol que alumbró todos mis días y que me permitió experimentar toda de Barcelona por el día y no debo olvidar la luna, que me guió y me protegió por la noche.
2. Sin duda se va conmigo la vena artística que me inspiraron la arquitectura de la ciudad, las calles laberintos del gótico, la grandeza de Parc Güell y la Sagrada Familia de Gaudí, la tranquilidad y simplicidad de Parc de Ciutadella, todos se mezclan para sumir la belleza inherente de Barcelona, un atributo que me gustaría replicar en todos aspectos de mi vida.
3. Me quito de los nervios que me han cohibido toda mi vida como una voz pequeña que siempre sonaba en mi cabeza diciéndome que no podía hacer nada y lograr nada porque lo que he logrado en estos nueve meses nadie puede contestar.
4. Me quedo con las memorias que he forjado aquí con los nuevos y viejos amigos que me han acompañado durante esta parada en mi camino y me han enseñado el valor verdadero de la palabra amistad.